Los activos pueden caer en una variedad de categorías dependiendo de tu método preferido para darles seguimiento. Estas son las categorías de activos más comunes:
Efectivo: Incluye tanto pequeñas cantidades de efectivo que tengas a mano, así como todo el efectivo en la cuenta bancaria de tu empresa.
Cuentas por cobrar: Se trata de las facturas que aún no te han pagado, y que puedes llegar a vender para obtener financiamiento.
Activos líquidos: Se trata de cualquier elemento que pueda venderse rápidamente en efectivo, como acciones.
Activos fijos: Son los activos que tardan más en venderse en efectivo, como bienes inmueble y equipos de oficina.
Activos intangibles: Son los activos no físicos, como acciones, bonos, regalías, etc.
Activos tangibles: Son todos tu activos físicos como suministros, equipos, vehículos y artículos similares.